Retrorecomendación de la semana: Jai Alai
Corría el año 1991, momento en el cual los ordenadores de 8 bits estaban en su ocaso y las consolas de 16 bits asomaban la patita, cuando cayó en mis manos este Jai Alai para mi querido Amstrad Cpc 464. Esa portada de Azpiri me dejó los ojos haciendo chiribitas de amor. Su parecido con la carátula de mi querido «Mundial de fútbol” (también de Ópera soft) hizo que me decidiera a comprarlo.
Jai Alai me recordaba a esas retransmisiones de pelota vasca que emitía la segunda cadena de TVE, donde quedaba embobado viendo a Retegi II, Tintin III y compañía demostrar su maestría en dicha disciplina. Tal fue la repercusión en aquellos tiempos de esta modalidad deportiva que llegó a ser deporte de exhibición en Barcelona 92 (de ahí que por entonces pudiese verse el logo de España serigrafiado en el suelo de la pista principal de Euskadi), con muchas modalidades de pelota diferentes entre las que destacaba la cesta-punta o “Jai-Alai” –fiesta alegre en euskera-, que proporcionó el título a este arriesgado simulador.
El juego comienza de una manera espectacular, con un “aurresku” -canción típica vasca- en el que nos encontramos el clásico menú que nos ofrece jugar un partido o un campeonato y modificar las opciones. Para empezar, en las opciones del juego podemos cambiar varios parámetros como los colores de las zamarras de los jugadores, el árbitro (más o menos casero), canchas de juego y la modalidad: arcade (con unos power-ups como tirar más fuerte o más tiempo de recepción que no me gustaban nada) o simulación.
Una vez dentro del simulador de pelota nos encontramos con un juego de perspectiva aérea -típica de muchos juegos deportivos de la época- representando a nuestros cuatro pelotaris dispuestos a dejar hasta la última gota de sudor en el frontón. Unos sprites bien definidos –sobre todo teniendo en cuenta las limitaciones del Amstrad- y la gran variedad de movimientos excelentemente animados (saltos, planchazos laterales, apoyos contra la pared, golpes a la remanguillé…) demuestran el soberbio nivel técnico de la obra de Ópera.
Los escenarios por su parte están bien detallados, pudiéndose elegir 2 tipos de cancha: La española (Euskal Jai, inspirada en un frontón vasco con capacidad para 1000 espectadores y con el detalle del logo de la marca España en el suelo) y la americana (Miami Arena, con capacidad para 1500 personas). Esta última pista me recuerda mucho a la película «Par Impar» de Bud Spencer y Terence Hill, en la cual Bud Spencer (Ramón Serrano) encarnaba a un pelotari encubierto. La escena es curiosa por las leches que le daba a la pelota el bueno de Bud con una camiseta un poco prieta, demostrando una agilidad felina digna del gran Dhalsim.
En lo referente a la jugabilidad, los detalles de este juego son magníficos, ya que recupera las reglas reales de un encuentro de Jai Alai (los saques al llegar a «pasa”, rebotes ilegales, bolas a chapa…) para meternos de lleno en la vorágine de un partido de verdad. ). El control puede parecer un poco duro al principio pero pasado un tiempo resulta ser muy intuitivo, ya que se resume en 3 conceptos fundamentales: fuerza, dirección y elevación de la pelota. Una vez dominados esos conceptos empiezas a disfrutar haciendo dobles paredes, globos, dejadas y mates con el delantero. Al final se te olvida un poco la fluidez del juego y empiezas a disfrutar cual Jorge Javier Vázquez en un gloryhole.
En cuanto al modo de juego principal (modo campeonato) tendremos que superar 7 rondas para ver el final del título. A partir de la ronda 3 la IA del juego comienza a endurecerse, lo que obliga al jugador a luchar por cada bola (pasaremos de usar las dobles paredes a emplear la estrategia del mate del delantero como principal baza).
Jai alai fue convertido a varias plataformas con suerte muy pareja. La versión para Spectrum –supuestamente la original- tiene un scroll algo tosco y presenta problemas en la confusión de color entre pelotaris. El port para Amstrad se hizo directamente del de Spectrum. Se podrían haber esforzado mas gráficamente, sobre todo en los colores de la pista, pero a su favor el scroll algo más suave y los sprites se distinguen mejor. Commodore 64 goza de la versión mas fluida, aunque va tan rápido que acostumbrado al control de las otras versiones puede parecer injugable (pero no lo es). Y por último el PC, con una coqueta versión con gráficos VGA donde aparecen las banderas países reflejadas en la pared del frontón y los números de los metros que delimitan la pista de juego. Su sensacional scroll hará las delicias de los jugadores. Algo curioso de esta versión es el sonido, ya que el juego ofrece la opción a elegir entre tarjeta de sonido o el altavoz interno del PC. Si eres de los que por desgracia no tuviste tarjeta de sonido, el sonido que ofrece el altavoz interno es muchísimo peor que, por ejemplo, el de la versión de Commodore 64, y excluye incomprensiblemente el sonido de la pelota al tocar la chapa de abajo de la pared del frontón. Esta versión a mi parecer es la más completa.
En definitiva si te gusta los juegos de frontón, tenis o todos sus sucedáneos es un programa que, solo o acompañado, hará que te lo pases teta.
Como curiosidad histórica de este deporte y en un intento de inspiraros para jugarlo, os voy a contar a groso modo la historia de un frontón de este deporte, el Beti Jai. Considerado como la Capilla Sixtina de los frontones españoles, se encuentra en Madrid. Construido ya a la conclusión del siglo XIX (1894) gracias al ingenio y dinero de un empresario vasco, los madrileños acomodados que veraneaban en la playa de la Concha (San Sebastián) podían rememorar aquellos entretenidos partidos en el norte en su propia tierra. Al final del siglo XIX se puede decir que en el centro de Madrid el deporte por antonomasia era la pelota, más incluso que el balompié.
El Beti Jai era uno de los casi 20 frontones que lucía la ciudad, siendo sin duda el más espectacular y el más amplio de la ciudad. Con más de 3000 espectadores y una preciosa cubierta en forma de medio arco -claramente inspirado en la Opera de París y que le aportaba un aspecto grandioso- todavía sigue milagrosamente en pie (está situado al lado del Paseo de la Castellana) y fue declarado en 2011 monumento artístico de la ciudad. Actualmente (tras servir como cárcel, patio de caballos y taller mecánico de coches) está prácticamente en ruinas, pero su frontón todavía ofrece una vista maravillosa. Quien sabe, a lo mejor los muchachos de Opera Soft se inspiraron en este edificio para programar su videojuego. Uno, que es un romántico, prefiere pensar así.
La versión original del Jai Alai era la de Commodore 64, elaborada por los hermanos Adolfo y Daniel Gutiérrez. Las conversiones a Spectrum, MSX y Amstrad, las hizo el propio Jose Antonio Morales (Opera Soft).
Las conversiones para Atari ST y Amiga son del exdirector gerente de Opera Soft, Pedro Ruiz, y la versión de PC también fue un encargo externo.
Un saludo
Dices que los sprites de amstrad estan bien definidos -pese a las limitaciones del amstrad-.
¿de que limitaciones hablas? si no me equivoco esta en mode 1, con lo cual estamos hablando de una resolucion de 320×200. ¿que otra versión de jai alai tiene más resolucion? o ya puestos ¿qué juegos españoles de 8 y 16 bits de la época tenían mas de 320×200?.
Un saludo.